La extraña llamada.
Martín
desempacó las últimas cajas de la mudanza. Le gustaba tener su propio
espacio, su propio hogar. Sentía que ya era tiempo de dejar la casa de
sus padres. Además, este lugar estaba mucho más cerca de la universidad y
le sería más facil llegar.
Era tarde y estaba cansado. Al otro día invitaría a sus amigos para
festejar. Así que se entregó al sueño y durmió cómodamente en su nueva
casa, dejando un día agotador atrás.
Por la mañana, Martín siguió su rutina habitual. Universidad por la
mañana y salida con amigos durante la noche. Y así transcurrieron tres
semanas, sin saber casi nada sobre sus padres y viviendo
independientemente.
El viernes por la tarde, Martín descansaba después de pasar una semana
llena de exámenes. Sonó el teléfono. "Mamá y papá", pensó. Atendió
esperando un "¡Hola, hijo! ¿Necesitás algo?". Pero se sorprendió al
escuchar una voz fuerte, grave,, imponente y desconocida que preguntó
por él. Martín respondió. La voz sonó nuevamente,dijo que se conocían y
que se tenían que encontrar. Martín se negó, pero le contestaron de
nuevo:
-En
tu correo hay un mapa de la ciudad, encontrarás señalado en él nuestro
punto de encuentro. Nos veremos allí mañana. ¡Vení solo!- dijo
imponente- Escuchá mis indicaciones: Si te veo con alguien, te mato. Si
no venís, mato a tu familia.
Apenas dijo esto, cortó la llamada. Martín se quedó paralizado con el
teléfono en la oreja. Sintió que el corazón se le salía del pacho. De
repente, se quedó a oscuras. Se cortó la luz. Supo de inmediato que esto
no havía sido casualidad.
Al otro día, sin luz y con un miedo que le recorría todo el cuerpo,
Martín abrió el correo y, tal como le había dicho la voz amenazante la
noche anterior, había un mapa de la ciudad. Estaba marcado con rojo
vibrante un lugar no muy lejos de su casa.
Temiendo por su vida y por la de su familia, Martín decidió ir. Por las
dudas, no llamó a nadie para que lo acompañaran. Salió de su casa
arrepentido y triste.
Llegó al lugar. Era un edificio abandonado, a medio terminar. Sólo
estaba la estructura, no había ventanas ni puertas. Martín no pudo parar
las lágrimas que le caían por el rostro. De repente, apareció una
figura tapada con una campera negra, larga y con capucha. Esa persona
desconocida le hizo señas para que se hacercara. Mientras sentía el
miedo más fuerte de su vida y temblaba a tal punto que creía que iba a
caer, se acercó hasta estar frente a frente con el dueño de la
amenazante voz.
Martín se paralizó y sintió que su corazón dejaba de latir al notar que la persona que tenía en frente era él mismo.
Fin.
Lara Mouzo =)